Hasta que sus hijos mellizos, Logan y Francheska, tenían siete años, la familia llevaba una vida normal. Pero una noche de ese año, Logan empezó a sentir picor en un ojo.
No parecía ser nada grave hasta que el ojo del niño empezó a salirse claramente de la cavidad ocular.
Lo llevaron enseguida al hospital, donde los médicos lograron determinar que el ojo se estaba moviendo a causa de un tumor. Después les dieron a los padres un terrible diagnóstico: Logan padecía un tipo de cáncer llamado rabdomiosarcoma, que afecta a niños principalmente. Esta enfermedad alteraría la vida de Logan muy pronto.
Pero vivir constantemente con miedo y dolor es durísimo para un adulto, y lo peor es que los niños todavía no están preparados para manejar niveles de estrés tan altos. El cáncer de Logan afecta su estado de ánimo y le quita las ganas de comer, beber o jugar. Él lucha por comprender por qué se siente tan mal y se pregunta qué puede hacer, lo que le provoca mucha frustración y rabia contra su padre. Tampoco hay mucho que James pueda hacer por su hijo. Simplemente, se esfuerza al máximo para consolar a su pequeño hijo.
Después de un tiempo, los padres se enteraron de que existía un tratamiento con posibilidades de éxito en EE. UU., así que tomaron la gran decisión de mudarse a Tennessee. Esto también le permitió a la familia cambiar de aires.
Pero James tuvo que adaptarse a la vida con muchas preocupaciones: “A pesar de que nos lo estamos pasando bien con todos los paseos que he planeado, cada noche, cuando los niños están en cama, me siento y me pregunto: “¿Realmente este tratamiento va a funcionar? ¿Mi hijo se va a curar? ¿Me despertaré algún día con la noticia de que mi hijo perdió la batalla y murió la noche anterior?”.
No hay nada peor que estar solo durante un período doloroso y aterrador. James se dio cuenta de que necesitaban ayuda. Y para sobrellevar esta soledad, era importante compartir lo que estaba pasando con Logan. Así que creó una página de Facebook donde publicó fotos de la experiencia de su hijo y una página en GoFundMe para reunir fondos para solventar la mudanza y el tratamiento en los EE. UU. ¡Ya consiguió reunir más de 5.000$! La amplia respuesta en ambas páginas ha conseguido darle un respiro a la familia cuando más lo necesitaba.
La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas, sala de estar e interior
Es imposible no desearles toda la suerte del mundo a Logan y a la familia Sellers en Tennessee. Ojalá que este niño reciba todos los tratamientos que necesita, se recupere, y un día, cuando sea mayor, pueda apreciar los enormes esfuerzos que su padre hizo por él. Ahora mismo, sin embargo, necesita amor, ayuda y mucha atención médica.
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