Las directrices, que se desprenden de los últimos datos científicos, apuntan que tanto adultos como niños deberían reducir el consumo de este tipo de azúcares a menos del 10 % de la ingesta calórica total, lo que equivaldría a no pasarse de entre 6 y 12 cucharillas diarias. Es más, si disminuyesen sus niveles por debajo del 5% esto traería consigo beneficios adicionales para la salud.
Y es que, por ejemplo, estudios recientes ponen de manifiesto que un consumo de azúcares libres superior al 10% de la ingesta calórica total produce tasas más elevadas de caries dental que un consumo inferior a este porcentaje.
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Aunque la salud dental parezca menos importante que otras, se ha convertido en un verdadero lastre, ya que su tratamiento consume del 5% al 10% de los presupuestos sanitarios en los países ricos. De hecho, un problema tan frecuente como la caries dental no se suele tratar en los países poco desarrollados, donde su coste excedería todos los recursos disponibles para la atención de la salud infantil.
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