Si nos remontamos a analizar los cambios que han sufrido las tecnologías de la escritura a lo largo de la historia de la humanidad nos daremos cuenta que todos han tenido consecuencias en las prácticas sociales.
Muchas veces la forma de comunicación es homogénea sólo para cierto tipo de personas, dependiendo de su edad, el lugar en donde viven, el medio en el que conviven, la escolaridad e incluso, el nivel socioeconómico al que pertenecen. Sin embargo, los medios electrónicos y, sobretodo, las redes sociales han logrado traspasar esas barreras mediante la creación de nuevos códigos de lenguaje que posibilitan la comunicación oral y escrita independientemente de las características del individuo.
Si bien, muchas veces se promueve el uso de la tecnología en áreas como la educación, hay que considerar plantear estrategias en donde se la utilice siempre como herramienta, para no quitar importancia a otros procesos educativos más importantes como la comunicación escrita y la lectura.
Así se expresa Pedro Luis Barcia, director de la Academia Argentina de Letras, respecto de la comunicación que establecen los jóvenes a través de los medios digitales. Una opinión algo dura pero que da cuenta de un fenómeno que está atacando fuertemente a nuestra sociedad y que tiene mayor incidencia en los jóvenes.
Como docente es fácil detectar la dificultad que presentan los alumnos a la hora de comunicar sus ideas y la enorme cantidad de errores que presentan en sus textos escritos. ¿Será que la tecnología sólo ha logrado discapacitarnos? No lo creo. Como en muchos aspectos de la vida, en este caso la tecnología sólo puede influir (positiva o negativamente) más no determinar el comportamiento de cierto individuo o cierto grupo de personas.
Lo que pasa, considero, es que estamos utilizando la tecnología de forma incorrecta. En lugar de satanizar los medios digitales debiéramos verlos y utilizarlos como oportunidades para practicar nuestra comunicación escrita (blogs, redes sociales, foros, etc.) y fomentar la lectura (libros digitales, noticias, revistas, etc.).
Si bien el chat ha logrado agilizar la comunicación por medio de la abreviación de palabras y expresiones (emoticones), nunca debemos considerar éste como un medio de comunicación formal y, mucho menos, trasladar ese lenguaje a otros aspectos de nuestra vida.
Muchas veces la forma de comunicación es homogénea sólo para cierto tipo de personas, dependiendo de su edad, el lugar en donde viven, el medio en el que conviven, la escolaridad e incluso, el nivel socioeconómico al que pertenecen. Sin embargo, los medios electrónicos y, sobretodo, las redes sociales han logrado traspasar esas barreras mediante la creación de nuevos códigos de lenguaje que posibilitan la comunicación oral y escrita independientemente de las características del individuo.
Si bien, muchas veces se promueve el uso de la tecnología en áreas como la educación, hay que considerar plantear estrategias en donde se la utilice siempre como herramienta, para no quitar importancia a otros procesos educativos más importantes como la comunicación escrita y la lectura.
Así se expresa Pedro Luis Barcia, director de la Academia Argentina de Letras, respecto de la comunicación que establecen los jóvenes a través de los medios digitales. Una opinión algo dura pero que da cuenta de un fenómeno que está atacando fuertemente a nuestra sociedad y que tiene mayor incidencia en los jóvenes.
Como docente es fácil detectar la dificultad que presentan los alumnos a la hora de comunicar sus ideas y la enorme cantidad de errores que presentan en sus textos escritos. ¿Será que la tecnología sólo ha logrado discapacitarnos? No lo creo. Como en muchos aspectos de la vida, en este caso la tecnología sólo puede influir (positiva o negativamente) más no determinar el comportamiento de cierto individuo o cierto grupo de personas.
Lo que pasa, considero, es que estamos utilizando la tecnología de forma incorrecta. En lugar de satanizar los medios digitales debiéramos verlos y utilizarlos como oportunidades para practicar nuestra comunicación escrita (blogs, redes sociales, foros, etc.) y fomentar la lectura (libros digitales, noticias, revistas, etc.).
Foto Archivo |
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