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miércoles, 21 de diciembre de 2016

A mi hijo de 7 años le empezó a picarle el ojo de una manera extraña. Pero cuando su padre lo llevó al hospital, ¡algo terrible sucedió! nadie se lo esperaba

El inglés James Sellers, de 37 años, sintió la apremiante necesidad de compartir lo que le está pasando a su hijo.

Hasta que sus hijos mellizos, Logan y Francheska, tenían siete años, la familia llevaba una vida normal. Pero una noche de ese año, Logan empezó a sentir picor en un ojo.

No parecía ser nada grave hasta que el ojo del niño empezó a salirse claramente de la cavidad ocular.

Lo llevaron enseguida al hospital, donde los médicos lograron determinar que el ojo se estaba moviendo a causa de un tumor. Después les dieron a los padres un terrible diagnóstico: Logan padecía un tipo de cáncer llamado rabdomiosarcoma, que afecta a niños principalmente. Esta enfermedad alteraría la vida de Logan muy pronto.


James ha descrito que su hijo se levanta por las noches “sudando, gritando y llorando sin razón aparente”, y que se enferma continuamente. A veces creemos que las historias conmovedoras sobre niños con enfermedades graves que circulan en Internet son angelicales y altruistas. Esto que parece tan hermoso casi nunca lo es en la vida real.

Pero vivir constantemente con miedo y dolor es durísimo para un adulto, y lo peor es que los niños todavía no están preparados para manejar niveles de estrés tan altos. El cáncer de Logan afecta su estado de ánimo y le quita las ganas de comer, beber o jugar. Él lucha por comprender por qué se siente tan mal y se pregunta qué puede hacer, lo que le provoca mucha frustración y rabia contra su padre. Tampoco hay mucho que James pueda hacer por su hijo. Simplemente, se esfuerza al máximo para consolar a su pequeño hijo.

Después de un tiempo, los padres se enteraron de que existía un tratamiento con posibilidades de éxito en EE. UU., así que tomaron la gran decisión de mudarse a Tennessee. Esto también le permitió a la familia cambiar de aires.

Pero James tuvo que adaptarse a la vida con muchas preocupaciones: “A pesar de que nos lo estamos pasando bien con todos los paseos que he planeado, cada noche, cuando los niños están en cama, me siento y me pregunto: “¿Realmente este tratamiento va a funcionar? ¿Mi hijo se va a curar? ¿Me despertaré algún día con la noticia de que mi hijo perdió la batalla y murió la noche anterior?”.

No hay nada peor que estar solo durante un período doloroso y aterrador. James se dio cuenta de que necesitaban ayuda. Y para sobrellevar esta soledad, era importante compartir lo que estaba pasando con Logan. Así que creó una página de Facebook donde publicó fotos de la experiencia de su hijo y una página en GoFundMe para reunir fondos para solventar la mudanza y el tratamiento en los EE. UU. ¡Ya consiguió reunir más de 5.000$! La amplia respuesta en ambas páginas ha conseguido darle un respiro a la familia cuando más lo necesitaba.

La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas, sala de estar e interior

Es imposible no desearles toda la suerte del mundo a Logan y a la familia Sellers en Tennessee. Ojalá que este niño reciba todos los tratamientos que necesita, se recupere, y un día, cuando sea mayor, pueda apreciar los enormes esfuerzos que su padre hizo por él. Ahora mismo, sin embargo, necesita amor, ayuda y mucha atención médica.


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